En blanco

No hay miedo, ni motivo para paralizarse. Es la misma situación en la que te has encontrado muchas veces. No importa las veces que lo hayas hecho, tampoco que lleves tanto tiempo sin hacerlo. No fue tan complicado soltarlo todo de forma pausada y sin demasiados estragos. El equilibrio entre la innovación y la calidad no debe ser una obsesión. Algo personal en lo que debes dejar a un lado la opinión de los demás. Podrán juzgar los que ven, pero sin poder llegar a entrar en lo más profundo de ti para sembrar el terror. No hay motivo para posponerlo más, hazlo sin más.

El blanco es el inicio de la más grandes obras, también de las peores. Da igual cuántos esquemas puedas crear y reproducir, no habrá nada igual. La manera con la que el movimiento libera todo sentimiento es irrepetible. Pueden realizarse copias de la forma, del tema, pero seguramente sin mucho éxito. Cada cual elige sus herramientas que no podrán hacer maravillas si no está presente la genialidad. Paso por paso.

Complicado controlar las ganas de dejarte llevar. Intentas marcar el ritmo, seguir la secuencia. Detén tus manos cuando en tu cabeza reinan las ganas de hacer todo lo contrario. Deja que todo vaya tomando una forma, que los tonos se hundan en lo más profundo con cada caricia. Siempre la presión exacta, el gesto que cree la armonía. El sentido es la mezcla de todo aquello que consigues haber transmitido y lo que se escapa, entre lo que quieres y el resultado, la brecha que se produce entre los dos mundos.

Los fallos van llegando y te hacen dudar. La primera vez lo borras como puedes, la segunda te planteas si es mejor empezar de nuevo. Los nervios se amontonan y es fácil perder la fe. A veces te gustaría cogerlo todo y acabar con el sufrimiento, pero no quieres volver al principio. Empezaste como si esa fuese la ocasión idónea y de repente haber desear que no se te hubiese ocurrido. ¿Tan frágil es la confianza en ti mismo que un par de errores pueden hacerte derrumbarte? ¿Es el miedo lo que te invade y te hace darte cuenta de otra posible realidad? No hay motivo para desesperar.

Una vez terminado el proceso te queda echarle un vistazo global. Siempre encontrarás algo que mejorar, pero sientes miedo de que al cambiarlo pierda su esencia. Cada cosa que pueda surgir una vez concluida la obra la cambiará completamente. Ya nada podrá hacerte volver al instante en el que la obra y tú bailábais de la mejor manera posible. Al principio os agarrabais con cuidado de asustaros el uno al otro. Después dando los primeros pasos comprobando hasta dónde podías arriesgar y por último, disfrutar del baile con toda confianza.

La magia nace de las manos para expandirse lo más lejos posible. Es el nacimiento de una nueva maravilla. El reflejo llega hasta tus ojos para deslumbrarte. El cerebro hace la interpretación necesaria para que tus pelos se pongan de punta. Sientes el cosquilleo que llevabas mucho tiempo sin sentir. Deja a tu cuerpo que se exprese sin miedo a que nada pueda reprimirlo.