En esta vida todos los pasos son importantes, por ello hace tiempo que me decidí por cumplir mi sueño cuantos antes. No quería perder más el tiempo, tan sólo quería disfrutar de todos y cada uno de los momentos que me ofrecería la vida, sin reparos y sin mirar atrás. A partir de ahora todo sería fácil, nada difícil porque lo difícil sería no poder cumplir mi sueño y no hacerlo realidad.
Todo comenzó una mañana tras una noche de verano agradable, me acerqué a mi madre y la dije que a partir de ahora sólo quería ser feliz y encontrarme todo aquello que siempre había deseado, a pesar de su asombro yo sé que en el fondo estaba más que orgullosa y feliz. Así fue esa mañana, a todo el mundo que me encontraba le ponía en situación. Las respuestas fueron desde grandiosos abrazos hasta grandes regañinas, no importaba, era ahora cuando empezaba a vivir.
Mi sueño comenzaría lejos de aquí, así que me puse a preparar mi maleta. Cogí todas la ilusión que en mi vida había guardado y con ella un gran bote llené para que cada vez que me cuestionase algo sacase un poco para poder estar de nuevo en el camino. Cogí un poco de polvo de estrella que me había regalado mi padre cuando era pequeña y lo acerqué a mis labios, soplé por encima de mi cuerpo para rociarme de él, ahora estaría más cerca de formar parte del inmenso cielo. Tomé un par de fotos, recuerdos inmejorables junto a mi familia y amigos, momentos que no cambiaría por ningún otro y las metí un álbum de cartas, allí tendrían la inspiración necesaria. La ropa, dinero y otros objetos eran más importantes, pero no imprescindibles, así que, todo a mi maleta. Aquella maleta ahora formaría parte de mis próximas vivencias, con las que la llenaría más y más hasta reventar. La despedida de mi familia fue la última y la más importante, a pesar de que todos derramásemos un par de lágrimas acabamos todo riéndonos y diciéndonos lo mucho que nos queríamos, otro momento más para guardar. Los primeros pasos ya estaban tomados, era hora de comenzar el viaje.
Todo comenzó una mañana tras una noche de verano agradable, me acerqué a mi madre y la dije que a partir de ahora sólo quería ser feliz y encontrarme todo aquello que siempre había deseado, a pesar de su asombro yo sé que en el fondo estaba más que orgullosa y feliz. Así fue esa mañana, a todo el mundo que me encontraba le ponía en situación. Las respuestas fueron desde grandiosos abrazos hasta grandes regañinas, no importaba, era ahora cuando empezaba a vivir.
Mi sueño comenzaría lejos de aquí, así que me puse a preparar mi maleta. Cogí todas la ilusión que en mi vida había guardado y con ella un gran bote llené para que cada vez que me cuestionase algo sacase un poco para poder estar de nuevo en el camino. Cogí un poco de polvo de estrella que me había regalado mi padre cuando era pequeña y lo acerqué a mis labios, soplé por encima de mi cuerpo para rociarme de él, ahora estaría más cerca de formar parte del inmenso cielo. Tomé un par de fotos, recuerdos inmejorables junto a mi familia y amigos, momentos que no cambiaría por ningún otro y las metí un álbum de cartas, allí tendrían la inspiración necesaria. La ropa, dinero y otros objetos eran más importantes, pero no imprescindibles, así que, todo a mi maleta. Aquella maleta ahora formaría parte de mis próximas vivencias, con las que la llenaría más y más hasta reventar. La despedida de mi familia fue la última y la más importante, a pesar de que todos derramásemos un par de lágrimas acabamos todo riéndonos y diciéndonos lo mucho que nos queríamos, otro momento más para guardar. Los primeros pasos ya estaban tomados, era hora de comenzar el viaje.
El viaje comenzó en un aeropuerto como cualquier otro, sin mucho que contar, sólo que alguien apareció en él, me dijo que estaba deseando ayudarme, cumplir mis sueños juntos y hacerlo para los dos. No dudé, ahora seríamos dos los que tomásemos ese avión hacía aquél lugar, sin vuelta, sin rumbo. El viaje no podía empezar de mejor forma sabiendo que ahora sería mucho más fácil.
El viaje pasó por miles de lugares enigmáticos, rozando el cielo con las manos, acariciando las estrellas cada noche. Ahora tú y yo formaríamos parte de esto y jamás podrían separarnos. Éramos felices, como nunca habíamos imaginado y superando por mucho nuestras expectativas. La maleta tenía muchas maneras de llenarse cada día, muchas historias que guardar y recordar ahora que todo empezaba a ir genial.
Ahora que has imaginado como sería este viaje, como sería cada segundo, vivencia y momento ya conoces el camino para ser verdaderamente feliz. Esto sólo ha sido una pequeña recreación en tu mente, pero suficiente para que hayas decidido qué es lo que de verdad te haría feliz y como ya lo conoces, no pierdas el tiempo y lucha y vive para ello. Está toda la historia en tu mente, ahora hazla que se convierta en una realidad, es momento de que todo sea fácil e inmejorable.
Dedicado a una gran amiga y compañera como es Jenny, espero que te guste y que se hagan todos tus sueños realidad, un beso muy fuerte.
Muy buen post para reflexionar. Perseguir tus sueños conlleva el ser feliz. Muy buen blog. Un saludo compañero!!
ResponderEliminarTraffic Club. Apple, deportes y actualidad.
Muchas gracias por pasarte y por tu comentario. Espero más comentarios pronto. Un saludo compañero.
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