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En la estación del tren

¿Cuántas veces has visto en una película la escena en la que una pareja se dicen adiós en la estación del tren? A pesar recordar todas y cada una de ellas, de tener claro cómo actuar, soy incapaz. Ella está intentando reavivar la conversación, pero soy incapaz de contestar con algo más que monosílabos. Sabe que estoy nervioso, pero puedo ver su cara de desesperación cada vez mayor. La he dicho miles de veces que la quiero, que es lo más especial y sin embargo siento una presión enorme por tener que repetirlo en este momento.

Cada vez queda menos tiempo y se está comenzando a cabrear. Está preciosa enfadada, pero quiero salir de esta situación como sea. Intento iniciar la conversación, de manera completamente inútil. Pocas veces me había sentido tan estúpido. Se lanzó a mis brazos, salvación. Alivio y mucha tensión por saber lo que significa, porque seguramente sea el último. Quiero que dure eternamente, pero ni siquiera soy capaz de disfrutarlo. Solo puedo darle vueltas a las miles de cosas que ella representa para mí, lo que seré yo sin ella y todo se me derrumba. Me gustaría que mis brazos nunca tuvieran que liberarla, pero yo no soy nadie para impedir que se vaya.

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Nunca hubo nada eterno, menos mi felicidad. Ahora hacer como si nunca hubieses existido, como si pudiésemos ser algo en la distancia. Me cansa tener que empezar siempre de cero. Sentirme como un extraño en mi propia casa al no ver nada suyo, al no poder sentir su olor, ni su energía. Convencerse de que no eres cruel al dejarme solo y que son cosas que pasan. Es duro, claro que es duro encontrarme con una montaña de repente donde siempre hubo pradera por la que caminar a tu lado. Mañana tampoco estaré convencido de que ésto es lo mejor para mí, ¿por qué engañarse?

Último aviso y no me apetece callarme lo que tengo dentro. Nos separamos, la miré a los ojos y dije:
-Eres las persona más importante en mi vida, la que me da fuerzas. Me tengo que resignar a perder una parte de mí, a parte de mi día a día. No quiero pensar que volverás, porque si no nunca saldré adelante y siempre rondará en mi cabeza la idea de que quizás, y solo quizás podremos volver a estar juntos. Renuncio a mucho en este mismo instante y lo único que gano son las ansias de poder volver a ser yo. Si algún día te vuelvo a ver, no esperes que pueda mirarte a los ojos, porque desde que me miraste por primera vez siento que no hay ningunos más a los que quiera mirar. Márchate sin mirar atrás, así tu valentía me dará fuerzas para dar el primer paso. Te quiero, no necesita añadidos pues es lo más profundo que te podría decir. Adiós, porque no me valen los hasta luego que no dejan cicatrizar las heridas.-

Ella no dijo nada, pero sus ojos se cristalizaron con aquellas lágrimas que no querían rodar por sus mejillas. Así salió corriendo directa al tren, sin decir nada. No había más frustración que echarse en cara, porque eso fue lo más bonito que había echo por mí en nuestro tiempo juntos. Valiente y sin mirar atrás el tren partía, cumplía con horario. Recordaré esas once y veinte como un minuto intenso, como un recuerdo imborrable. Lo había vuelto a lograr, ahora tendría un motivo cada mañana para volverme a levantar.

12 comentarios:

  1. Es cierto que esas despedidas de película las hemos sufrido muchos, o gozado. Pero lo que más me ha gustado es tu conclusión final, ese motivo matutino para poner los pies en el suelo y volver a comenzar. Saluditos.
    Balbina.

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    1. Es una situación realmente complicada, que nos puede apasionar cuando no nos toca de cerca. Después vienen miles de preguntas, dudas y solo te queda que seguir para adelante. Muchas gracias por pasarte y tu comentario, siempre se agradece. ¡Un saludo!

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  2. Muy bonito,un adiós,sin rencores,un amor que no pudo ser y la vida continua....

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    1. Muchas gracias por tu apreciación, Nuria. Un saludo.

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  3. Es la primera vez que paso por este blog y la verdad tuve suerte de encontrarlo. Me pareció un texto muy bonito, lleno de sentimientos que supiste plasmar a la perfección.
    Voy a quedarme a revisar más. Saludos!!

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    1. ¡Muchas gracias, de verdad! Espero que te guste el resto. Un saludo.

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  4. Adioses sin dramas... De los más difíciles de tragar.
    "...fue lo más bonito que había hecho por mí en nuestro tiempo juntos"

    Seguiré visitándote.

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    1. ¡Muchas gracias, María José! Un placer que lo sigas haciendo. ¡Un saludo!

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  5. Hay momentos y horas que se marcan de por vida.
    Un relato precioso, amigo César.

    Mil besitos para tu día.

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    1. ¡Muchas gracias, Auroratris! Pasa un gran día. ¡Un saludo!

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  6. Un relato precioso.
    Me ha recordado a un texto que escribí hace tiempo que te dejo por si te apetece leerlo en https://lachicadeoctubre.wordpress.com/2015/04/20/cafeteria-coffe-shop/#more-80 y a la frase de la película Un toque de Canela: "Si miramos atrás en los andenes la imagen permanece como una promesa”.

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