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Caminando en las mañanas

El camino de cada mañana. La calle arrebatada de gente dirigiéndose a sus trabajos, con rostros poco inspiradores. Nunca me dió tanto miedo el ser humano como la primera vez que vi esas caras. Cada día me sorprende menos y se hace más cotidiano. Los golpes accidentados son cientos, nadie reacciona ante ellos, parecen seres insensibles. Tan sólo van a cumplir su misión.
En la sociedad está establecido así. Tras la educación y con suerte los estudios, tienes que dedicarle la mayor parte de tu día al trabajo, porque otra la pasas durmiendo. El trabajo te da el dinero que ellos han querido que te sirva para sobrevivir y poder llevar una vida normalizada. El trabajo es una víbora que te sorbe la energía, tanto que hay personas que no saben vivir sin él, su vida ha perdido tan el sentido que cuando no están trabajando sufren de aburrimiento.

Mi paseo por las calles deja varias impresiones. La gente siempre se dirige bien vestida, trajeados y perfumados. Ir bien vestido en la mayoría de los trabajos es imprescindible, al parecer hay gente que cree que se trabaja mejor de aquella forma, el resto no tiene ganas de discutirlo. La vestimenta al parecer es algo que define a una persona. La ropa habla del poder adquisitivo, nivel de cultura, gustos musicales, gusto por la moda... En la prehistoria era felices con sus vestimentas descuidadas, les interesaba más sobrevivir.
Otra cosa en la que me fijo es en sus manos. Casi siempre van ocupadas. Un ejemplo es el café, nunca ves a nadie que lleve un termo por la calle y vaya bebiendo de él. Yo tuve suerte de verlo en un par de ocasiones, es bastante impactante. La mayoría llevan sus vasos de cafeterías de prestigio. Otro ejemplo es el móvil de última generación, el último modelo, son grandes empresarios en este país. Mala suerte tenemos el resto de la población que sufrimos una gran crisis. Por último, pero no menos importante, sus maletines. Nunca ha valido llevar cualquiera, hay que dar una buena imagen a nuestro jefe. El jefe siempre tiene que tener una buena impresión nuestra, si no somos como a él le gusta podemos dejar de recibir nuestro premio mensual.
Son cosas inofensivas, no hace daño a nadie. No tiene nada de malo gastarse el dinero en cosas más caras para aparentar más. Nadie ve nada malo en ello, siempre que se tenga el dinero y quieran hacerlo. Pero no son estas pequeñas cosas, sino todos los de la vida. Lo mejor de gastarse el dinero en cosas caras es la envidia que provocas, todo el mundo querría tener todo lo que tienes, cuanto más caro mejor.
Al terminar de pasear por las calles, cuando el tráfico se ha calmado enciendo un cigarro, doy una calada y reflexiono a cerca de lo que acabo de ver. Siempre me entra un escalofrío. Cuando acabo mi cigarro lo tiro al suelo y pienso en el asco que me da esta nuestra sociedad. Lo que más asco me da es que yo formé parte de ellos, ahora creo que estoy tomando el camino correcto.
Todos los días comienzan así, siempre pienso en tomar otros caminos pero, ¿y si me olvido de lo que realmente intento escapar? Siempre lo hago por precaución. No quiero levantarme un día y no saber quién realmente soy.

4 comentarios:

  1. Me parece una clara descripción de lo que es la sociedad, de lo que la sociedad quiere que seamos, o incluso de lo que nosotros mismos creamos a través de la sociedad. Me gusta tanto tu forma de describir este fenómeno. Me siento identificada por ambas partes. Gracias

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    1. Muchas gracias por tu comentario. Intento hacer el reflejo más claro de la sociedad que no rodea, es la mejor forma para que la gente pueda identificarse para poder reflexionar.

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  2. Me gustaría mucho poder compartir un link de este post de tu blog en una entrada del mío. ¿Sería eso posible?

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    1. Claro. Sería todo un honor. Siempre que mantenga su mensaje y su esencia puedes hacerlo. Me pasaré para comprobarlo. Muchas gracias por hacerlo y por tu comentario.

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