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Las ruinas del tesoro

Llega la noche, la luz no ha abandonado ya. Nuestra amiga Eva creía haber encontrado la calma entre las sábanas, no había sido posible. Se encontraba aburrida porque hacía mucho tiempo que no iba por el mundo buscando tesoros. Era uno de sus sueños el encontrar el tesoro más grande que haya existido y en casa no iba a conseguirlo.
En la mañana llegaría una carta. En un sobre sellado de forma algo extraña. No perdió tiempo para abrirla y se encontró un comunicado avisándola para partir la siguiente semana hacia París. Había encontrado algo que debía examinar. Eva estaba estaba entusiasmada con la idea.
Así fue como acompañada de su perro Max tomó un vuelo hacia Paris la semana siguiente. En el aeropuerto la recibieron con gran expectación unos antiguos amigos de trabajo. Le explicaron de qué se trataba y llegaron al hotel a medio día. Todos quedaron para comer y dejaron que Eva se instalase. Había cogido todo su equipo; una brújula, sus libros de aventuras y todo instrumento necesario.
En la comida le contaron toda la historia. Había unas ruinas a las afueras de la capital donde había encontrado algo querían que vieses. Las cosas parecían ponerse interesantes de nuevo. Todos se despidieron quedando en tomar camino por la mañana.
Tras una noche llena de grandes emociones tomaron rumbo hacia las ruinas. Llegaron en treinta minutos, tomaron el equipo y se pusieron a investigar. En aquellas ruinas habían encontrado una especie de cofre que no habían podido abrir ni descifrar. Necesitaban la ayuda de Eva para abrirlo. Max estaba junto a Eva para intentar ayudarla, la dejaron sola para que pudiese trabajar mejor.
En el cofre podían apreciarse unos dibujos imposibles de descifrar, tan solo se apreciaba un hombre cuya sobra esta abrazando el cofre. Esa extraña imagen desconcertaba a nuestra amiga. También podía apreciarse una espacie de llave en uno de los laterales. Lo más razonable sería buscar la llave en aquél lugar. Tras preguntar a los compañeros dónde habían encontrado el cofre y que éstos se lo hubiesen indicado se puso a buscar. Tras horas de búsqueda encontraron una caja que consiguió abrir con ayuda de una navaja que llevaba. Estaba allí, esa especie de llave se encontraba en el interior de aquella caja. Tras coger la llave se pusieron en marcha para intentar abrir ese extraño cofre. Tardaron un rato rato en encontrar la cerradura y algo más en abrirlo. Cuando por fin lograron abrirlo se hizo un silencio largo, con caras de asombro estaba todos. Eva había logrado encontrar el tesoro más grande que había visto en su vida y Max se encontraba dando saltos de alegría con ella. En un momento se abalanzaron contra ellos dos dejándoles inmovilizados. Había sido todo una trampa, los habían hecho venir para descifrar el cofre y quedarse con su contenido. Eva y Max estaban en problemas.
La primera vez que despertaron, se entontraron en una habitación oscura. La luz casi no entraba en aquella habitación y era difícil distinguir los objetos que había. Por fin entró alguien en aquella habitación. Era alto e iba con un traje oscuro y con la cara tapada. La imagen de ese hombre era la de Eva atada a una silla y Max tirado al su lado con una cuerda alrededor de sus patas. Eva preguntó qué pasaba, quién era ese hombre y dónde estaban, a lo que el hombre con una mirada profunda contestó, dejó un.plato de comida y cerró la puerta de aquella habitación. Eva se puso a pensar cómo podría comer de ese plato, pero no daba con la solución y mientras Max sin que ésta se diese cuenta comenzó a mordisquear la cuerda. En unos minutos Max estaba libre y con las instrucciones de su dueña consiguió también liberarla a ella.
Pronto se pusieron a idear un plan para poder escapar de allí. Llegaron a la conclusión de que lo más fácil sería sorprender aquél hombre dejándolo encerrado a su vuelta, ya que pensaría que ellos seguirían atados y así fue. El hombre llegó y sin mucho esfuerzo consiguien burlarle y dejarle allí encerrado. Al salir de la habitación se encontraron que estaban en una casa enorme, ahora irían a por el tesoro. Buscaron durante un buen rato y dieron con él en una habitación escondida, cogieron el contenido y se lo llevaron. Cuando estaban a punto de salir de aquella casa apareció un montón de gente que quería impedir su marcha. Tras ver la situación nuestros amigos se pusieron a correr y por una ventana tuvieron que escapar. Por suerte encontraron un coche aparcado a unas cuantas manzanas de aquella casa, lo cogieron y se dispusieron a escapar.
Ya estaban a salvo y tenían el tesoro. Era hora de volver a casa y de tomarse unas vacaciones. Eva y Max habían cumplido con la misión y por ello eran los cazatesoros más importantes y reconocidos del mundo.
Esta historia me gustaría dedicársela a mi amiga Eva por su cumpleaños. Espero que te guste y que disfrites mucho.

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