Imaginación

Llaman imaginación a esa chispa constante que prende. A ese lugar al que jamás le falta la luz. Donde las imágenes adoptan todo tipo de formas, colores pero no todo se basa en ellas. Lugar donde nacen las palabras para describir todo lo que en ella se refleja. Allí donde pueden crearse los sentimientos que no nacen de la experiencia, sino de la interpretación abstracta de un mundo que no se puede llegar a conocer. Sonidos que rebotan, hacen eco y que dan banda sonora al conjunto de fotogramas que pasan sin que se pueda notar el parpadeo o que se detienen. Un sitio que no se han ganado las mentes más pequeñas, pero que se le atribuye por derecho. ¿De dónde nace el control para la creación sino de la experiencia?

Algunos la buscan entre los mapas de tesoros más ambiciosos del mundo. Gente que mira hacia arriba como si encontrase sobre su cabeza, la corona que les haga reinar. Quizás entre cada conexión aleatoria de neuronas o haciendo que ellas se unan a su gusto. Otras en lo más profundo de su alma, encerrado en su cuerpo pero tan inmensa que tardan años en encontrarla. Intentando la posesión absoluta, fingiendo que pueda existir una relación de amistad o incluso de algo más. Fundirse con ella para que pueda lucir siempre eterna. Evadiéndose de cualquier situación, enfrentándose gracias a ella. No importa el lugar donde pretendas encontrarla, su hábitat está cerca de los sueños, más lejos de la realidad. Si no se la alimenta, jamás podrás encontrarla dos veces.

Por mucho que mires al pasado, no podrás haberla hecho presa de tus recuerdos. No digas su nombre, pues no se reconoce en palabras que puedan describirla. Sería estúpido mandarla una carta, mas no contesta cuando la necesitas. Todos la conocen, pero te costará reconocerla y si te encuentras con ella, muy probablemente no sepas ni cómo detenerla. ¿Quién no disfruta en su presencia? ¿Quién no se siente solo en su ausencia? Es parte de muchas y cada cual más descabellada fantasía. Cuando quieres darte cuenta deja clavada hasta la idea más odiosa en tu cabeza. Incluso se puede llegar a odiar cuando no encuentras en ella el resultado que esperas.

¿Cómo no hablar de la condena? Pues estamos condenados a buscarla eternamente. ¿Cómo no hacerlo de desgracia? Pues nos sentiremos desgraciados cuando nos esquive. Jamás nos sentiremos conformes con el resultado. Mientras tanto no nos queda otra que sentarnos a esperar. Quizás algún día decida volver con grandes historias que pueda compartir con nosotros.