La batalla es constante, larga e interminable. Unos se abalanzas sobre otros sin miedo a la derrota y derramar una sola gota de sangre, una mísera lágrima. No hay un mañana, quizás no haya otra guerra en la que combatir y caigamos en manos de aquello con lo que no podemos conciliar o ceder. No hay más opción que llevarlo a los límites, mantener a raya nuestro más primitivos sentimientos, nuestros instintos más animales para poder cumplir con la moral de nuestro tiempo, para poder alejarnos de aquellos con los que no nos gusta relacionarnos y por supuesto, no caer en la tentación.
El ser humano y su lucha con su pasado, una evolución de la que nos enorgullecemos, no el sujeto de cual lo hicimos. El raciocinio es nuestro argumento argumento más poderoso, pero el instinto es algo que nos atrapa y no nos deja abrir una brecha entre nosotros y los animales. Que no queramos aceptar sinceramente que somos animales es algo que hacemos la mayoría, quien cree reconocer es sólo como apreciación o intento de estar por encima ya que se evidencia con la repulsión a ciertos comportamientos no tan agradables de los que no nos creemos capaces.
Una moral insuperable tras tantos años de vida, es un motivo de lucha contra los comportamientos intolerables. Cada vez nos alejamos más de la costumbre y la religión, pero seguimos siendo incapaces de deshacernos de su moral y su reglas. Parecemos seguir recorriendo el mismo camino una y otra vez, alejándonos de todo lo antiguo y volviendo a ello como única respuesta encontrada. A medida que avanzamos en el descubrimiento en nuevos campos, nos acercamos más y más al animal.
El intento del ser humano por desvincularse de su propia especia ha dado a un comportamiento más cercano a la animalidad, escapando de toda imposición, rebelándose ante todo lo que estaba establecido e imponiéndose por la fuerza, como hace el animal para imponerse sobre otros, la voluntad del más fuerte. Al final, no podemos eliminar esa vinculación con ellos, no podemos dejar de ser sin ser algo de lo que fuimos anteriormente, tan sólo llegando al único lugar donde el ser humano creyó poder encontrar sus respuestas en los primeros momentos, en el cielo, siendo un dios, acabando con todo inicio y siéndolo él mismo. Una superación no viable para el resto.
Promoviendo la igualdad de condiciones, intentando que ninguno tenga más posibilidades que otros, no dejamos que las cosas puedan fluir y seamos el "perfecto" ser humano, doblegando al instinto, alejado del animal. Ante todo demostrando que no pueden con nosotros, alimentándonos de ellos como uno más, pero sin despedazar y arrebatar la vida de una forma muy despiadada para demostrar que tenemos sentimientos y justicia. Simplemente damos por hecho que somos mejores, no hay mayor discusión en algo que no la tiene. Así es como nos situamos en lo alto de nuestro reino.
¿Escuchas ese sonido? Es ese animal interior que tienes dentro, algo que tienes que dominar para ser una persona respetada. No puedes gritar, no puedes huir, no puedes deshacerte de mí por mucho que intentes dominarme seguiré aquí dentro esperando a que bajes la guardia y me apodere de tu persona todo el tiempo que me sea posible. Todo arrebato, reacción que provoque actuar sin determinación es obra mía, sé que es más bonito cuando crees que me fui y que no iba a tentarme a dejarme salir.
No hace falta que te diga qué hacer, simplemente me apodero de tu cerebro, hago que simule tu situación actual a una que creas que es inmejorable y más satisfactoria, porque al final lo único que quieres es tu propio placer, quieres disfrutar al máximo sin importarte demasiado lo que pase con el resto. Reconoce que yo también quiero que seamos felices y que nadie se interponga en nuestro camino, ¿por qué no me dejas que seamos uno solo?
No te preocupes, todo aquello que atormenta tu mente, que te bloquea es el instinto de cual eres presa para seguir en pie por el máximo tiempo posible. Cierra los ojos y vamos a experimentar lo agradable que es la vida haciendo caso a lo único que nos cree beneficiar, no hay más en lo que pensar o poder arrepentirse porque ahora vas a comenzar a vivir como realmente deberías, sin miedo a traicionar al ser que te oprime y que tiene tantas normas en contra de tu felicidad.
El ser humano podría encontrar muchas otras formas de hacernos felices y en cambio, lo único que hace es complicarse y olvidar que lo que realmente siempre ha querido es ser feliz. La necesidades creadas para autoengañarse y crear un felicidad tan superficial es algo que debes abandonar. No lo pienses más, no tiene por qué separarnos una mentalidad nunca más, seamos sin miedo a ese ser y vivamos sin miedo a la forma en que somos felices, porque al fin y al cabo es para lo que vinimos al mundo, ¿no?
Conoces el camino y las formas, ¿cuándo crees que es el mejor momento para cruzar? ¿Realmente sabes lo que quieres, o simplemente te dedicas a ver las cosas pasar y hacer como si todo ello fuera lo mejor y lo único que haces es dejar el tiempo escapar sin mucho pudor para que se desvanezca entre nuestros dedos. La verdad es que temo porque sigas sin saber lo que realmente eres, siguen sin preguntártelo sin miedo a qué dirán o qué podrás a llegar a ser.
No hay comentarios:
Publicar un comentario