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Mujer de largo cabello negro I



Era blanco el paisaje por el que me abría paso. De gran frescor el aire que soplaba. Mi lámpara de aceite me guiaba, a punto de apagarse en cualquier momento. Apenas he dejado descubierto una pequeña abertura entre mis capas. No es un día para ir paseando, pero es importante llegar a tiempo a la entrega. Llevo un mensaje importante del doctor y era yo su única alternativa. Tengo que buscar a la mujer de largo cabello negro. Es la referencia con la que cuento y al parecer más que suficiente

-¿Pero no habrá más mujeres como ella, Doctor?-

-Claro que no, todo el mundo la conoce de esa manera, Gabriel-.

Llegué un poco antes de lo esperado. La taberna estaba llena, como siempre. Eran ya más de las ocho, así que la mayoría ya estaban borrachos. Llamé a la puerta un par de veces para evitarme problemas. Es estúpido pensar que me vayan a escuchar cuando hay un ruido tremendo, pero insistí. Sin respuesta aporreo con todas mis fuerzas hasta que alguien se asoma a preguntar:

-¿Qué quieres, no ves que estamos ocupados?- Asomándose un hombre enorme que parecía el encargado de la vigilancia.

-Estoy buscando a la mujer del largo cabello negro, señor-.

-¡Ja, ja, ja! ¿Que tú estás buscando a la mujer del largo cabello negro? ¡Ja, ja, ja! ¿Para qué? Te aseguro que no tiene especial interés en gente como tú-.

-Tengo que darle un recado del doctor. Es importante, si no, no habría venido a molestar, de verdad-.

Tras unos segundos accedió a dejarme pasar. El lugar estaba repleto de gente y como era de esperar, tendría que seguir preguntando por ahí. Así que sin más dilación, me dispuse a acercarme a la barra, sin esperanza ninguna, ya que estaba seguro de que tampoco me aportaría nueva información. Allí se encontraba la dueña sirviendo, demasiado ocupada manejándose con los borrachos. Cuando de repente, en la zona de habitaciones salía una mujer tras un hombre.

-¡Váyase de aquí, borracho! ¿Cómo se atreve alguien como usted a venir a mi puerta a reírse de mí? Coja su cabeza hueca y llénela de cerveza, así por lo menos aportará beneficio a alguien- gritaba la que parecía ser la mujer que estaba buscando.

No tenía la certeza de que aquella persona fuese la que debería recibir el mensaje. Tampoco sabía cómo llegar hasta ella, ni si fuese al menos escucharme porque tenía una especie de aura que ahogaba. Algo así como un pozo de miles de metros que te hiciese navegar en caída libre hacía un fondo de incertidumbre. Algo que me ardía en el pecho y no sabía cómo gestionar. Parece que la caja de Pandora se cerró cuando en aquella habitación su puerta consiguió encerrarla de nuevo.

5 comentarios:

  1. Me gusto el misterio de la mujer de cabello negro y la idea de encontrarla. Creo que en el último párrafo se fue una "e" de más en mee

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  2. Respuestas
    1. ¡Muchas gracias, Juan! Y bienvenido a mi blog. Espero que lo disfrutes. ¡Un saludo!

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  3. Me gustan sus relatos, muy amenos .
    Saludos

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    1. ¡Muchas gracias, Hilario! Espero que te sigan gustando y verte más a menudo por aquí. ¡Un saludo!

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