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A veces nos sentamos solos a observar, a presenciar lo que ocurre delante nuestra, allí dónde nuestros ojos no pueden dejar de mirar y nos damos cuenta de tantas cosas... Es ahí, dónde nuestros recuerdos empiezan, es ahí dónde nuestras ideas empiezan a amontonarse sin control y no queda más remedio que quedarnos con cara de tontos mirando, como si se nos hubiese perdido algo en ningún lugar, ya que no hay nada dónde nuestra mirada se pierde.
Todo comienza con la salida del Sol, termina con su caída. Es increíble que algo que es tan grande y pesado sea capaz de caerse tantas veces y levantarse las misma con tal de cumplir su única meta para nosotros, iluminarnos. -¿Qué sería de ti si a nadie pudiese iluminar?- Dijo el hombre alzando su mirada sobre el cielo embellecido.
La rosa, se encuentra sola, es la única que queda en ese pequeño planeta, los árboles son mayoría y la miran de forma extraña intentando intimidarla y asustarla. La rosa aprendió que su vida no dependía de la mirada de unos árboles y que tendría que seguir haciendo las cosas a su modo para poder subsistir. Los árboles fracasaban, la mentalidad de la rosa era cada vez más férrea, al parecer nunca entendieron que ser diferente es una virtud y no algo de lo que avergonzarse.
Las olas golpean con fuerza la costa, llevan toda la vida haciendo lo mismo, no se cansan de acabar siempre en el mismo lugar, nunca se pararon a pensar qué es de verdad lo que están haciendo todos los días. Días tras día, siempre lo mismo, tuvo que llegar una de ella y ayudarlas a comprender lo que ella había meditado. Ésta ola fue rechazada por tener una idea diferente de su misión y decidió quedarse en las nubes para siempre recorriendo el mundo porque era lo que ella quería. Por fin ella se sintió libre y pudo hacer las cosas diferentes y encontró la felicidad. A veces, los sueños no son comprendidos por nadie pero eso no significa que por considerarse locuras se cumplan y nos hagan rozar con los dedos la cima de la felicidad.
Los hombres parecían haber llegado a la respuesta, tanto tiempo buscándola que les era difícil de asimilar. Sus vidas por fin iban a cobrar sentido, o eso creían. La celebración por el hayazgo fue grandiosa y espectacular porque no todos los días se conseguía hechos como éste. El hombre que todo lo consigue, que nada es invencible había descubierto que es imperfecto por eso tendrá que seguir luchando cada día para llegar a la verdad y que no hay una única y que jamás ésta nunca existió. ¿Será el hombre el que llegue a la verdad o será la verdad la que llegue al hombre?
Todo comienzo en una realidad, en la realidad propia. El sentido de las cosas por el que nosotros les demos. ¿El sentido de ésto?, creí haberlo dejado claro al principio del escrito.
César Craravaca Martín @Cesar870621345