Maldito San Valentín

Sentado en mi habitación, esa que encierra toda mi ganas de salir corriendo y gritar todo lo que de verdad siento, lo que estoy intentando callar pero el silencio me oprime el corazón. Cada vez que lo pienso se me escapa un golpe contra la mesa que parece ser culpable de todo lo que me está ocurriendo pero que en realidad tan solo me consuela en el silencio inaguantable y admira esas caras de desesperación cada vez que se me pasa esa imagen una y otra vez por mi cabeza.
No quiero sentir ésto pero a la vez sí que quiero. Sé que nadie me puede entender pero es así. Es como la tormenta que en su ausencia necesitas pero que en su presencia desprecias, es como cuando el Sol te asfixia en verano y como el Sol que en invierno pides que vuelva, sabes que en realidad lo que piensas no tiene sentido pero no importa. Ese sentimiento es tan puro e increíble que no te gustaría perderlo, te gustaría agarrarlo y no volver a soltarlo. A pesar de las miles de dudas que pueden rondar tu cabeza sabes que todo merecería la pena, a pesar de que te haga ponerte nervioso sabes que te daría la calma y confianza para no volver a temer de nada jamás. Sentir, hacerlo así, no es nada de lo que se pueda alguien avergonzar o arrepentir.
La Luna ha venido en mi ayuda, ella me comprende y siempre me cuida. Me mira con sus bonitos ojos y me promete que ella siempre volverá, ella nunca cambiará y siempre me querrá pero a pesar de todo lo que la admiro tan solo me sale un tímida sonrisa. Sabe que en fondo siempre la busco en la noche, sabe que ella siempre marcó mi camino favorito pero ahora no puedo devolverte todo lo que me has dado porque necesito encontrar otra respuesta, otro camino por el que pueda caminar con los ojos tapados sin miedo a tropezar y que si lo hago siempre me ayuden a levantar. Todo es tan difícil si no te tengo, pero no sé si merecerte puedo, o presenciarte debo ya que todo es tan complicado.
No sé que será el mañana, no sé que pasará en mi vida futura, solo sé que estos sentimientos mueren o yo moriré con ellos, la flor que los contiene marchitará y con ella todas mi ilusiones de volver a sentir algo así por nadie. Tengo miedo de saber que sabes que mi camino tropezó contigo y que jamás volvamos a tropezarnos. Me duele pensar que todo haya muerto entre los dos, de que nada pueda volver a ocurrir y que poco te des cuenta de que no significo nada para ti y que entonces me olvidarás.
Dejaré que todo fluya, dejaré las cosas pasar, dejaré que mi cuerpo experimente esa ilusión por la que volver a creer es tan fácil como levantarse y volver a ponerse a andar porque nunca nos tenemos que parar, jamás tenemos que ponernos a pensar que el mundo algún día se va a parar y el fin del camino no nos dejen alcanzar.
Todo en esta vida es tan bonito gracias a ti, todo ha comenzado de nuevo, he dejado todo atrás, mi pasado no tiene sentido porque mi presente contigo es mucho mejor, hasta que te acabes. Lo malo es que no sé cuántas como tú podré conseguir pero hasta entonces tu eres mi favorita.
Mi dolor calmas, mi desgracia alejas, mi amargura desaparece cuando estoy contigo, trago a trago. Siento que desde que te conozco ya no hay nada más.
Perdí mi familia, perdí mis amigos para complacerte, para estar solos tu y yo esta noche y poder disfrutar de estas horas que nos quedan. Siento que esto ya no lo puedo parar pero tú me haces tan feliz...
Ésto le dijo el hombre a la botella después de haberle gritado su mujer que se marchase de casa y que no volviese a casa nunca más. Los alcohólicos eligieron el camino incorrecto pero siempre tienen que tener una segunda oportunidad, todo el mundo la ha de tener. En esta vida hay que saber perdonar lo que con ayuda se puede corregir y mejorar. Nadie está solo y la ayuda no es de cobardes sino de gente que ha aprendido que todo puede cambiar.